Paola Villar S.

Si algo ha caracterizado al en más de 20 años de democracia es la institucionalidad que aún mantiene el Ministerio de Economía y Finanzas () en medio del desorden del sector público, convirtiéndose así en una cartera clave a escala local y en el punto de confianza para cualquier agente internacional que tiene en la mira a nuestro país.

Para la gran mayoría, el MEF es la cartera más importante del Ejecutivo (ya vimos cómo un día sin un ministro de Economía, el pasado 30 de julio del 2021, y con un flamante primer ministro muy cuestionado por el sector privado llevó a que el dólar superase por primera vez la barrera de S/4), pues es la autoridad que, al fin y al cabo, vela por la responsabilidad fiscal y el crecimiento económico del Perú, y que supervisa y determina cuántos recursos reciben a lo largo de un año fiscal las diversas entidades que conforman el Estado Peruano.

Pero lo mencionado líneas arriba parece perder más y más valor conforme el tiempo avanza. Este lunes, por ejemplo, escuchamos al actual ministro de Economía, José Arista, mencionar en RPP lo débil que es el gobierno al que él pertenece –y, por ende, también el peso de la entidad que lidera– ante la ausencia de una bancada oficialista que defienda la agenda del Ejecutivo en el ámbito congresal; sin mayor reflexión sobre la falta de manejo político que mantiene el Gobierno a la fecha.

Unos minutos después, Arista aseguró que él respaldó la permanencia del economista Carlos Oliva como presidente del (CF), pero dio a entender que la presidenta optó por hacer caso omiso a su sugerencia (¿realmente lo escucha la mandataria?). “Está en su derecho”, dijo Arista sobre la decisión de la presidenta, mientras sugería que Boluarte podría haber optado por escuchar primero los pedidos del alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, quien ha tenido desencuentros públicos con Oliva por las críticas del Consejo Fiscal hacia la toma de deuda del municipio limeño, o hasta las sugerencias del exministro Alex Contreras, que también cuestionó a Oliva por críticas que hizo el CF a su gestión ministerial.

Como si fuera poco, a los penosos comentarios del ministro Arista se sumó una muy desatinada “broma” dirigida a la conductora Mávila Huertas, que realizaba la entrevista, sobre un ámbito de su vida privada. Este fue un hecho que solo terminó por restarle cualquier significado a las explicaciones que compartió Arista sobre la reciente rebaja de calificación por parte de S&P (un ‘downgrade’ preocupante que, por cierto, nos deja a solo un escalón de la calificación que reciben los bonos basura). El ministro se disculpó con Huertas a través de X por su desubicado comentario, pero lo concreto es que el daño estaba hecho.

Más allá de las críticas puntuales a lo expresado por Arista, una reflexión prevalece y no es reciente: el MEF ya no es lo que antes fue. Aunque para muchas entidades internacionales se mantiene como un bastión de institucionalidad ante un aparato estatal que camina cuesta abajo, la falta de peso político de la entidad es cada día más evidente. El MEF está mucho más sometido al populismo del Congreso, mientras que el BCR, liderado por Julio Velarde, se ha mantenido más hermético respecto de estos asuntos que en el pasado.

Si el curso actual persiste, si el MEF no recupera su fortaleza, es seguro que el impacto de estos golpes lo veremos a largo plazo, porque la posibilidad de perder el grado de inversión ya no se siente tan remota como hace unos años.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Paola Villar S. es productora editorial y periodista